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Sequia en Beijing. Llevar agua del sur al norte?

Por Ana Isabel Jubes, Arquitecto

China ha sido conocida por la grandiosidad de las obras que emprende. Tiene una manera rápida y efectiva de implementar grandes cambios, sin escatimar en los costos económicos, ecológicos y humanos. Rápidamente mueve gente que ha estado por generaciones en un lugar, a vivir a otro, y de esta manera abre espacio para grandes desarrollos multifamiliares y estructuras con gran densidad de población en donde antes vivían pocas familias. En pocas semanas pueden cambiar el perfil de toda un área, construyendo grandes estructuras donde hace pocos meses había casas, o una urbanización de densidad media.

Hoy en día, con la continua sobrepoblación y el desarrollo de grandes megaciudades, reservas subterráneas de agua potable que tardaron miles de años en formarse se están agotando. Desde hace ya mucho tiempo la ciudad de Beijing se está secando, y muchas ideas han estado saliendo a relucir sobre cómo resolver el problema. Entre las propuestas, se ha estudiado el mudar gran parte de la ciudad a otra parte con más agua.

El desierto que crece
El norte de China ha sido siempre la parte más seca del país. Pero con los cambios climáticos y el gran crecimiento poblacional, la sequía está llegando a los niveles más altos de la historia. El desierto del Gobi esta extendiéndose hacia el sur cada vez más rápido.

Hay muchas razones para esta gran sequía. Una de tantas es el mal uso del recurso natural, el desarrollo de megaciudades, la desforestación y el desarrollo de agricultura donde antes existían bosques. También está el hecho de que el agua es sumamente económica. Cuesta menos del 70% de lo que cuesta en países donde hay suficiente agua.

La pobre gerencia de este recurso deja que un sector tome ventaja sobre la mayoría. Así, industrias sedientas de agua, que a su vez son grandes contaminantes, se llevan gran parte del agua de la ciudad. Un ejemplo es el de los campos de golf que han aparecido en Beijing durante los últimos diez años. El mantenimiento de estos se lleva el agua que diariamente necesitarían un millón de personas para vivir.

Proyecto de cambio de Ríos
Hace 60 años, al observar los problemas del agua en el Norte de China y comparándolo con el exceso de agua y los grandes ríos del sur, Mao Zedong comentó: “Si solo pudiéramos pedir un poco de agua prestada del sur para el norte”. Se dice que esto inspiró el estudio de cómo diversificar ríos del sur al norte, y en los últimos años el desarrollo del proyecto de agua más grande de la historia, que es el cambio del curso del río más grande de China para llevar agua al norte.

China tiene cerca del 6% de agua dulce mundial, mientras que tiene casi una cuarta parte de la población mundial. A su vez, casi toda esta agua está en el sur, mientras que una buena parte de la población y desarrollo está en el norte, donde se ubica Beijing. Se calcula que Beijing consume cien metros cúbicos de agua por persona, o 26.000 galones. Esto es, según los estándares de las Naciones Unidas, un 10% de lo que necesita una persona para vivir.

 

Canal de Beijing

Canal en Beijing, en el histórico “Palacio de Verano”.
Dudas sobre la efectividad del proyecto
Hoy en día, el área sur de China también está sufriendo la peor sequía de los últimos cincuenta años. El cambio del curso del agua del río Yangtsé, hacia el norte, podría empeorar esta situación.

Mientras el gran objetivo del cambio de cursos del agua sur-norte es mejorar la situación de las reservas de agua en el norte, muchos están preocupados por las consecuencias de este proyecto de 62 mil millones de dólares: si puede afectar al ambiente, a la población. Las mayores dudas son si, después de todo, el agua en el norte va a tener la calidad mínima para ser potable.

En un estudio generado por la Academia de Ciencias de China, el Doctor Du explica que el proyecto podría bajar considerablemente el flujo del río Han, lo cual podría generar más contaminación y más problemas ecológicos que los que se quieren prevenir con el cambio, para comenzar.

En otros estudios, Yong Yang, un geólogo que ha dedicado tiempo al problema del proyecto, tiene muchas dudas sobre lo efectivo del plan de redistribuir aguas del río Yatze. Este también asegura que cuando trató de hacerse oír públicamente en relación a este tema, encontró mucha resistencia. Según sus estudios, este proyecto ha sido calculado con datos que no son muy precisos o actualizados, y que la parte oeste del proyecto puede fallar terriblemente. Si esto pasa, la mala ingeniería puede dejar graves consecuencias en todas las comunidades bajo el río, incluyendo Shanghái, que depende del río Yangtsé para su agricultura, industria y plantas hidroeléctricas.

Esto podría dejar a millones de personas sin electricidad.

Otros opuestos al proyecto dicen que el gasto de recursos es demasiado grande y que traerá a más refugiados ambientales de los que la gran sequía ha generado hasta ahora.

Algunos de los muchos peligros que un cambio así generaría es que gran parte del agua se pierda por evaporación, y el costo del agua restante sea extremadamente alto para reponer los gastos del proyecto. Otro de los riesgos es que al bajar el flujo en el río Yangtsé, todo el transporte en este pueda sufrir y causar aun más daños a la industria.

Cambio de estrategias de uso del agua
Muchos consideran que hay otras medidas que se pueden tomar. Desde buscar planes para cuidar el agua, subir los precios del uso, abrir el mercado para que no sea monopolizada por unas pocas industrias, hasta cerrar nuevos mercados que gastan excesiva agua en vano. De todas formas, si el proyecto llega a su fin o no, no va a estar corriendo completamente hasta el año 2050. Mientras tanto se requieren soluciones eficientes de varios tipos, unión de nuevas y viejas tecnologías, junto con estrategias y cambios de gerencia de recursos.

Entre tantas dudas y quejas sobre el proyecto, y sobre las grandes alarmas a las consecuencias en la calidad de toda el agua, el Gobierno chino ha separado alrededor de 80 millones de dólares para generar plantas de tratamiento de agua para el nuevo canal. Se espera que esto influya positivamente en la calidad final del agua.

Por el momento, por lo menos 350.000 personas han sido relocalizadas, y muchas más lo serán. Muchos han sido mudados de tierras fértiles a lugares donde es muy difícil sembrar o donde no hay ningún tipo de desarrollo. Se dice que el proyecto ya se está moviendo a gran velocidad.

Queda todavía por ver si en esta ocasión el hombre puede subyugar a la naturaleza y revertir de alguna manera el daño que se ha infringido. Si se logran buenos resultados, podría probar el poder de megaingeniería y dejar un precedente en este tipo de desarrollos.

Photo by Isabel Jubes. Originally Posted on January 26, 2012 by same author IsaJubes in http://sweetgreenplanet.com, also published by this author on ADN Revista del Agua y Medio Ambiente,  Argentina on 13 January 2012

About Isabel Jubes (67 Articles)
Founder and columnist for La Ventana Americana. Also producer, webmaster, technical support, editor, cohost and reporter.

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